lunes, 16 de marzo de 2015

La lección de Nadia


La siguiente noticia, escrita por Enric González y publicada en el periódico virtual El Mundo nos informa de cómo la prensa es capaz de transformar lo que en realidad ocurre, en un relato coherente y atractivo. No mintiendo, pero si interpretando las cosas de otra manera.

Esto, lo ejemplifica a través de la que era la pequeña deportista Nadia Comaneci. Nadia había fascinado, seducido y enamorado al planeta entero con su exhibición en Montreal'76. Una niña rumana, de aspecto frágil y casi etéreo, apareció casi de la nada (aunque ya era campeona de Europa: la nada periodística es muy relativa) y consiguió lo que nunca antes había conseguido nadie: el ejercicio perfecto, una puntuación de 10, algo que ni los sistemas informáticos de los Juegos tenían previsto. Fue un éxito bellísimo. Repasar las imágenes de Nadia volando sobre las asimétricas y la barra sigue causando emoción. La pequeña Nadia se erigió en el ser supremo del deporte y en objeto de adoración.

Comaneci, en la barra de equilibrios, durante los Juegos de Montreal.En los siguientes años Nadia engordó y creció, convirtiéndose en una atleta más. Apareció en Moscú y el boicoteo de Estados Unidos y muchos de sus aliados a causa de la invasión soviética de Afganistán dejó a la URSS como única superpotencia en los Juegos, dando por hecho que también amañaría las votaciones con el fin de recuperar su prestigio en el deporte. Los periodistas ya tenían el titular pensado cuando viajaron a Moscú: Nadia, la reina destronada.

El 23 de Julio de 1980, Nadia cayó al suelo en su primer ejercicio, viendo así los cronistas satisfechas sus previsiones. Al siguiente día la veían como juguete roto, o eso decían las televisiones y periódicos, la caída había supuesto su final.
Sin embargo, Nadia consiguió un 10 en barras aritméticas y barras de equilibrio. En materia de equilibrios, la prensa aspiró al 11 tras la hazaña de la rumana: sí, seguía siendo la mejor, pero se le notaba una cierta tristeza en la mirada, notaba próximo el final, daba los últimos coletazos, etcétera. Había que disimular como fuera la metedura de pata.

Tras leer esta noticia podemos ver que la prensa informa 10 y opina 90. Es un ejemplo más de la capacidad de manipulación que esta tiene sobre nosotros. En mi opinión hace falta mucha gente como Nadia que sea capaz de callarla, demostrando lo que realmente vale cada uno y dejando las influencias a un lado, y más en este tipo de deportes en el que se necesita un gran esfuerzo y constancia y en el que a la mínima te dicen que has dejado de vale.

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